HOLA

En próximos días, la publicación de la reseña crítica de la más reciente adaptación cinematográfica, "Harry Potter and the Half-blood Prince", estrenada mundialmente la semana pasada.

LA CÁMARA DE LOS SECRETOS

-Sin embargo –dijo Dumbledore, hablando muy claro y despacio, para que todos entendieran cada una de sus palabras-, sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida.
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EL LIBRO

La sencillez del primer libro aquí ya no va. Rowling brinca directamente de las presentaciones al que posiblemente sea el libro más oscuro de la serie y con el que demuestra que el “cuento del maguito” va más allá del entendimiento de los niños y de muchos adultos, al cambiar la exposición lineal por una compleja narración llena de recursos que envuelve en la horrorosa (es en serio) historia de hostigamientos, amenazas e intentos de asesinato por racismo.

Voces tenebrosas, gallos ahorcados, arañas aterrorizadas, baños inundados, paredes pintarrajeadas con sangre e hijos de muggles petrificados evocan dolorosos recuerdos de hace medio siglo, cuando se dice que fue abierta por primera vez la Cámara de los Secretos. ¿Pero por qué?

Cuenta la leyenda que hace mil años cuando se construyó Hogwarts, Salazar Slytherin, uno de los fundadores preocupado siempre por la posición sociocultural de la gente, encerró un monstruo en una cámara oculta, que sería liberado por su descendiente cuando fuera necesario limpiar el colegio de aquellos indignos de estudiar en él. Pero… eso sólo es una leyenda… ¿no?

Aquí leemos por primera vez los racistas términos sangre pura y sangre sucia, igual que a los squibs: hijos de magos que nacieron sin las habilidades suficientes para realizar magia, y objeto constante de desprecios y humillaciones-
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Nos enteramos que, también en el mundo mágico, las grandes guerras se han gestado por la multiculturalidad y la diversidad de pensamiento incomprendida y aplastada por aquellos que se montan en un imaginario estrado de poder, presumiendo su dinero, su piel, su apellido, su astucia… aunque a falta de inteligencia siempre terminan usando la fuerza para imponer la voluntad de su pequeñita percepción.

Además conocemos a Tom Ryddle, joven mestizo, huérfano (¿alguna similitud con Potter?... nooo, mera coincidencia será), brillante, excepcionalmente inteligente e impresionantemente guapo, con un talento innato para fascinar a aquellos que le convienen.
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Sabemos también de la existencia de los elfos domésticos, unas criaturas mágicas con inteligencia y voluntad propia, pero consideradas inferiores por los magos y esclavizadas por ellos, aprovechándose de su debilidad física, para utilizarlos como quieran, desde realizar tareas simples hasta trabajos pesados y peligrosos.
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LA PELÍCULA

Lo que resultó un involuntario acierto para la primera película se convirtió en el error que hizo de la segunda la peor adaptación hasta ahora –o la única mala- de los libros de la serie (y de uno de los mejores).

El miedo de arriesgarse a experimentar y perder su seguro y equivocado público infantil con imágenes que seguramente resultarían perturbadoras dejó la película reducida a eso que algunos piensan de Harry Potter: una historietita fantasiosa que no cuenta mucho, con sangre de catsup y pollos de plástico, sets de cartón y efectos sonoros como de película de terror de Tatiana… una decepción total.

Y esta vez, a pesar de no haber sido completamente horrible, ni los actores la pudieron salvar pues, aunque excelentes, se hizo evidente la falta de un director a la altura de esa excelencia, cuidadoso en la realización y preocupado por el arte más que por la comercialización, que son dos condiciones que se pueden llevar bastante bien si las presenta un buen director. Y Columbus no lo es.
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Aunque sabemos de sobra el interés únicamente económico de las productoras, para quienes el cine es un negocio y no un arte, no deja de ser lamentable el destrozo de proyectos como éste, en aras de una considerable remuneración y, peor, de creer que salvaguardan la paz mental de la audiencia que, según lo que ellos decidieron, no debían ver ésta u otra escena.

Si su decisión fue autonombrarse electores espirituales, está bien, ¿pero entonces por qué elegir un producto al que no iban a poder respetar, obviamente, por ir en contra de lo que ellos catalogan como apropiado? Total, que cuentos para niños bobos con papás que dejen mucho dinero, hay de más.

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