HOLA

En próximos días, la publicación de la reseña crítica de la más reciente adaptación cinematográfica, "Harry Potter and the Half-blood Prince", estrenada mundialmente la semana pasada.

EL CÁLIZ DE FUEGO

-¡Por supuesto que Dumbledore confía en ti! –gruñó Moody-. Es un hombre confiado, ¿no? Cree que hay que dar una segunda oportunidad. Yo, en cambio, pienso que hay manchas que no se quitan. Manchas que no se quitan nunca, ¿me entiendes?
Snape hizo de repente algo muy extraño. Se agarró convulsivamente el antebrazo izquierdo con la mano derecha, como si algo le doliera.
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EL LIBRO

¿Cómo va ser eso de que por una rata que anda perdida vamos a creer que Voldemort regresará? Ay, ese Harry siempre queriendo hacerse la estrella.

Pero muertes inexplicables, actos terroristas cometidos en el Mundial de Quiditch y la manifestación de símbolos fascistas provocan la inquietud general, aunque algunos pretendan verlos como hechos aislados de fanáticos sin nada que hacer.

Aún así, los acontecimientos tienen que seguir su rumbo habitual y este año le corresponde a Hogwarts ser la sede del Torneo de los Tres Magos, una peligrosa competencia internacional entre tres escuelas europeas, en la que lo peor no es enfrentarse a dragones ni a grindylows, sino a los propios miedos y ambiciones.

Sus participantes son elegidos por el Cáliz de Fuego, un artefacto mágico inerrable e imposible de engañar, hasta que esta ocasión lanza el nombre de un cuarto campeón que ni siquiera se inscribió: Harry Potter.

Descubrimos que las cosas en el castillo no ocurren tan “mágicamente” como pensábamos, pues un numeroso grupo de elfos se encargan de las labores domésticas, trabajando casi en condiciones de explotación, aunque sin maltratos y con una calidad de vida superior a la que les darían en una familia corriente.

La inexperiencia de Hermione en el activismo social hace que sus intentos por liberarlos –aunque con buena intención- resulten malentendidos y contraproducentes, pues éstos tienen tan internalizada su “vocación” de servicio que vivir sin ella es algo desconocido e inseguro.

Conocemos a los mortífagos, los leales sirvientes de Voldemort –entre los que se cuentan algunos que ni imaginábamos-, encargados de difundir su mensaje y cumplir su misión, igual que a sus poderes más destructivos: la tortura física, el control mental y la muerte.

Pero igual conocemos a su contraparte: los aurores, magos “buenos” de probadas y superiores habilidades que trabajan luchando contra las artes oscuras.

Como es sabido, no todos aquellos que ostentan rectitud y moralidad –aunque verdaderas- son una buena opción de gobernabilidad, pues su rigidez y su terquedad derivan muchas veces en dictaduras tales como las que combatían, multiplicando la violencia por dos, violando derechos humanos, radicalizando la ideología y, por tanto, creando divisiones que no había... cometiendo muchos errores.

En el aspecto literario, el libro es un parteaguas dentro de la serie por su tratamiento más serio y los sucesos que empiezan a entrecruzarse y complicarse, además de que, por primera vez, la historia deja de ser episódica y culmina con un evento que implica una estrechamente ligada sucesión del relato.

LA PELÍCULA

Como consecuencia del satisfactorio resultado con un director de arte, se decidió darle continuidad al proyecto y, aunque fue imposible la repetición de Cuarón en el puesto por motivos de trabajo, se eligió a Mike Newell, el primero realizador británico que dirigiría una de las cintas, conocido por “Cuatro bodas y un funeral” y “La sonrisa de Mona Lisa”.

Éste continuó con la misma tonalidad sobria que imprimió el mexicano y que el volumen requería, aprovechando todos los elementos para lograr una adaptación desgarradora y cruel.

Una cinta que requería forzosamente de escenarios y criaturas mágicas muy elaboradas, las cuales se lograron de forma bastante realista y original, sin perder el toque fantasioso pero también sin que se vieran ridículas.

La caracterización de los Mortífagos haciendo alusión a las vestimentas del Ku Klux Klan fue de lo más acertada, pues entonaba a la perfección con el mensaje de intolerancia y destrucción de este grupo.

Pero el equipo de la producción tenía la importante tarea de realizar uno de los momentos más impactantes de los libros: el regreso de un Voldemort corpóreo, decidido a culminar su obra y con el odio acumulado de toda una vida más trece años. La materialización de la imagen deformada y grotesca de este… ¿hombre? se volvió una de las principales escenas de la película.

Aunque sería imposible plasmar todos los detalles de 600 páginas en dos horas y media de rollo, sigue siendo lamentable la eliminación de historias alternas, subtramas o escenas simplemente divertidas que completan la obra.

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